En Mollet del Vallés empezó el sueño de una niña que pidió a sus padres que le buscaran un equipo de fútbol. Además de los testimonios escritos, del harpastum nos han llegado algunos vestigios arqueológicos, como el mosaico de la Villa del Casale, en Sicilia, donde se ve a unas jóvenes jugando con una pelota (aunque bien podría ser un juego de pelota sin relación explícita con el harpastum), frescos de la época o una tumba hallada en Sinj, Croacia, correspondiente a un niño de 7 años llamado Gaius Laberius, camiseta holanda mundial y en la que se representa un busto del niño con una pelota de harpastum.