Los diseños de uniformes de fines de 1960 y principios de 1970 son muy estimados por los fanáticos del fútbol. Los jaliscienses emigrantes llevaron consigo una arraigada cultura de la que se sentían orgullosos y la propagaron con devoción fuera de su tierra natal, manifestando su gusto por la charrería, el mariachi, la gastronomía regional, sus convicciones religiosas, el tequila, las peleas de gallos, el carácter orgulloso, altivo y atravesado y por supuesto el fútbol.
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